ARTE EN DEMOLICIÓN

"ARTE EN DEMOLICIÓN es una apuesta a la reflexión en torno a la transformación de la ciudad que habitamos y la fabricación de memoria colectiva, mediante el uso del arte y su vinculación con el cotidiano. El proyecto agrupa artistas de diferentes expresiones, quienes interviniendo casas que están a punto de ser demolidas para la edificación de nuevos espacios, generan una muestra cultural diversa que sirve como punto de partida para la construcción de la memoria de aquello que se pierde y que se vincula en lo que está por nacer".

EL EVENTO

Mi idea inicial fue de convocar a estudiantes avanzados de la Escuela (compañeros de facultad) para que expusieran su trabajo allí en la casa. De esta forma abrir un poco el estrecho campo del arte en nuestro país.

Luego a través del contacto con reconocidos personajes del ámbito y su interés en el proyecto, tuvimos la posibilidad de invitar a artistas reconocidos del medio y conjugar así, artistas de diferentes generaciones y trayectorias.

Fue planificado entonces un evento artístico cultural bien diverso, abierto al público para el 1ro y 2 de octubre, la despedida de la casa de José Ellauri 564.

Se convocó al público para que asistiera a las 19 hs.
La inauguración se hizo con un vernissage que se organizó entre todos los expositores.

Hubo música en vivo, exposición de cuadros, fotografías, stencils y esculturas, performance, intervenciones en la fachada, instalaciones, murales, una muestra improvisada de un grupo de capoeira, y una energía extraordinaria que se sentía en cada visitante y en cada rincón de la arquitectura.

Cada espacio de la casa dónde se expuso alguna obra, fue intervenido con una linea discontinua rodeando lo expuesto, que indicaría una vez finalizada la exposición y "descolgadas" las obras", la presencia del arte en los muros de la casa.
Esta intervención viajará por dónde vayan los escombros de la casa, sobreviviendo a la destrucción, marcando sin duda metafóricamente "aquello que queda después de la muerte" en la memoria de los que la visitaron y despidieron.

Asistieron más de 200 personas (entre los dos días), niños, jóvenes, adultos, familiares, amigos, conocidos, vecinos, incluso un perrito acompañado de sus dueños. Algunas personas que sí conocían la casa, no se querían perder de compartir en ella (incluso llegaron personas que vinieron del interior especialmente a despedirse), pero también muchas de ellas que incluso sin conocer la casa se vieron movilizados por el evento y se atrevieron a expresar la tristeza que les provocaba su demolición.

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